viernes, 30 de junio de 2017

La Alfabetizaciòn Tecnològica

En la actualidad el entorno social, económico y cultural que rodea al ser humano evoluciona de una manera estrepitosa. La revolución de la tecnología informática, ha provocado una transformación radical de las formas de producción, difusión y consumo del conocimiento y la cultura. La aparición de nuevas tecnologías tales como son: La televisión digital y de paga, la introducción de las PC’s en los hogares, el acceso a Internet (red mundial de información), telefonía móvil están provocando nuevas necesidades formativas y de conocimiento en los ciudadanos. Es claro, que las personas de hoy, requieren de nuevas habilidades y conocimientos para poder desarrollarse en el mundo contemporáneo.


Millan (2003) menciona que, se ha puesto mucho énfasis a la alfabetización convencional en las escuelas, pero hoy se llega a saber que hay múltiples alfabetizaciones. Sabemos que el concepto de alfabetización se refiere al hecho de saber leer y escribir, pero la alfabetización tecnológica es el saber “leer y escribir” pero con la computadora, además de entender y utilizar la información para apoyar el aprendizaje, la productividad personal, la toma de decisiones y la vida diaria.


En otras palabras, la alfabetización tecnológica es desarrollar los conocimientos y habilidades tanto instrumentales como cognitivas en relación con la información vehículada a través de nuevas tecnologías (manejar el software, buscar información, enviar y recibir correos electrónicos, utilizar los distintos servicios de WWW, etc.), además plantear y desarrollar valores y actitudes de naturaleza social y política con relación a las tecnologías.

Discurso de orden en ocasión del día del Periodista, Comunicadores y comunicadoras Alternativos y Comunitarios

El Consejo, Viernes  30 de Junio de 2017.

Discurso de orden en ocasión del día del Periodista, Comunicadores y comunicadoras Alternativos y Comunitarios

Yolman Briceño – Comunicador Alternativo y Comunitario

Debemos recordar que el 8 de septiembre se conmemora el Día Internacional del Periodista en homenaje al periodista checo Julius Fucik, ejecutado por los nazis el 8 de septiembre de 1943; sin embargo en la historia  republicana venezolana la prensa ha tenido un expediente estelar hasta en la actualidad desde la llegada al puerto de La Guaira de la primera imprenta el 23 de septiembre de 1808 en la fragata norteamericana “Fénix” ; imprenta que se instaló en Venezuela y la cual dio a luz la histórica “Gaceta de Caracas”.

Está imprenta era la misma que Miranda trajo en su accidentada expedición.  Había quedado en Puerto España junto con el “Leander” y todos los demás equipos subastados para poder pagar el fracaso de la empresa libertadora. Venezuela fue una de las últimas colonias en América en recibir los beneficios de una imprenta, no por falta de interés sino porque nunca las solicitudes corrieron con fortuna.

Dieciocho años después.. el 27 de junio de 1818  aparece la publicación del primer número del “Coreo del Orinoco” creado por el Libertador Simón Bolívar, fecha tomada como el “Día del periodista” acordada por la Asociación Venezolana de Periodistas tras el pedido de Guillermo García Ponce, quien hizo llegar su propuesta en 1964 desde el Cuartel San Carlos, donde se encontraba detenido por rebelión militar. La ley de Ejercicio del Periodismo, de 1994, ratificó al 27 de junio como "Día del Periodista Venezolano”. La Revolución Bolivariana dignificó tal fecha connotándola  como “Día de las y los periodistas, comunicadores y comunicadoras sociales; Comunicadores y Comunicadoras alternativos y comunitarios” en una coyuntura de inclusión a los que decidimos incursionar en esta loable labor de informar con aquellos pequeños espacios que ofrecían los medios de comunicación tradicionales, sin perder la esperanza de que algún día se abriera el compás con más lluvias de ideas de comunicadores y comunicadoras de calle, populares, alternativos, en la conducción de nuestros propios medios de comunicación, para entrar en la batalla comunicacional, en la batalla de las ideas y visibilizar aquellos  que no teníamos voz ni centimetraje en la prensa capitalista y comercial.

A 199 años de la primera edición de El Correo del Orinoco por parte de El Libertador Simón Bolívar para dar esta batalla de ideas por la Revolución de Independencia, honramos en este recinto la memoria de William Lara estudioso de la comunicación social y de las  Ciencias Políticas; de Fabricio Ojeda, periodista, político y guerrillero venezolano  asesinado 17 de junio de 1966 por funcionarios del Servicio de Información de las Fuerzas Armadas (SIFA) quién luchó contra la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez.

Es digno recordar a don Carlos Bejarano García, a don Diego de Hurtado, y don Simón López, la más alta trilogía del Periodismo aragueño. Don Diego fundó el 31 de mayo de 1849, “El Edén” primer periódico victoriano; don Carlos fundó el 2 de julio de 1903 “El Industrial”, periódico que mantuvo informada a la población durante la primera mitad del siglo XX  y don Simón fundó el 12 de julio de 1964 “El Provinciano” que cubrió la segunda mitad del siglo XX. Es un heroísmo también recordar a Quintín Rivero y Norberto Bolívar impulsores de la comunicación alternativa y comunitaria en el eje este de Aragua, junto a un sinnúmero de compatriotas que se mantienen en la vanguardia comunicacional.

El periodismo en Venezuela inicio a mediados del siglo XX, vinculado a la actividad política. Los medios de comunicación surgían al amparo y al servicio de partidos o movimientos políticos, que nacían y morían según el éxito o el fracaso que acompañaban a los movimientos a los cuales servían, pero al mismo tiempo fue un ejercicio heroico para los medios que  no servían a ningún movimiento político en particular.

En Venezuela, durante la democracia representativa (1958-1998), la mayoría de los medios alternativos se mantuvieron con un trabajo de base desde la clandestinidad, muchas veces bajo la persecución del Estado burgués. El desarrollo histórico, por ejemplo de la TV comunitaria era un entramado limitado de múltiples hilos conductores como el cineclub, los movimientos sociales relacionados con el video, como herramienta de reflexión social; los grupos religiosos progresistas, los colectivos de resistencia cultural, las televisoras culturales, y otras experiencias relacionadas con la militancia y el compromiso con los más desposeídos como: el cine barrial, el cine de emergencia y el cine universitario. Igualmente la historia se entreteje con algunas tímidas políticas de Estado como la Federación Venezolana de Centros de Cultura Cinematográfica, y una pírrica manifestación de grupos populares organizados en función del paisaje audiovisual popular, que formaban parte de los gérmenes que posteriormente crecerían como el gran movimiento de comunicación comunitaria y por ende de la televisión comunitaria en la Revolución Bolivariana.

El 13 de abril de 2002 nació la comunicación alternativa en Venezuela. El golpe de Estado ocurrido en el país en abril de ese año estará históricamente asociado a la forma de hacer comunicación por parte del pueblo, que se armó de las más variadas herramientas para enfrentar la desinformación de los medios tradicionales y exigir el regreso del presidente de la República, Hugo Chávez Frías, al palacio de Miraflores. Las denominadas radios perolas, panfletos, los altos parlantes o simplemente una llamada telefónica y los colectivos motorizados  sirvieron para ofrecerle a los sectores más desposeídos un vehículo por medio del cual pudieran expresarse.

Este proceso, considerado como una fase esencial para la consolidación de la comunicación comunitaria, traspasó las fronteras de la capital venezolana para adentrarse en la provincia, como lo demuestra la creación y evolución de centenares de emisoras, televisoras  y periódicos comunitarios a lo largo y ancho del país. Las herramientas comunicacionales que se inventó el pueblo en ese momento sirvieron para que el 11 de abril tuviera un 13 de abril. A partir de este momento todos aprendimos que en las comunidades existe, inevitablemente, un comunicador o comunicadora, un ser humano capaz de usar la comunicación para enfrentar la desinformación que quieren poner en práctica lo medios privados.

El 7 de diciembre de 2004 entra en vigencia Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (RESORTE) es el nombre de la ley aprobada por la Asamblea Nacional de Venezuela, cuyo objeto es el de establecer la responsabilidad social de los prestadores de los servicios de radio y televisión, sus relacionados, los productores nacionales independientes y los usuarios en el proceso de difusión y recepción de mensajes, de conformidad con las normas y principios constitucionales, de la legislación para la protección integral de los niños, niñas y adolescentes, la educación, la seguridad social, la libre competencia, siendo la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) el organismo encargado del cumplimiento de esta Ley.

Entre otras cosas, este instrumento legal obliga a todos los prestadores de servicio de radio y televisión a transmitir obligatoriamente los mensajes y alocuciones que el Ejecutivo Nacional considere necesarios. Ejemplo de ello las micros cadenas del “Noticiero de la Patria” cuyo contenido son invisibilizados en los medios privados.

También deben transmitir de manera gratuita y obligatoria mensajes culturales, educativos, informativos o preventivos de servicio público seleccionados por el Ejecutivo Nacional, los cuales no deben exceder los quince minutos diarios. Así mismo, en su artículo 9 prohíbe expresamente hacer publicidad de cualquier forma (incluso por emplazamiento) en dichos medios a substancias tales como: bebidas alcohólicas, cigarrillos, substancias estupefacientes, así como a explosivos, armamento, etc. En diciembre de 2010, se reformó la Ley para supervisar el uso del Internet y las redes sociales en Venezuela, teniendo como nuevo nombre Ley De Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos.

Podría afirmar con toda seguridad que la clave para que esta ley sea verdaderamente sangre y espíritu de pueblo, es que en todas y cada una de las instancias de decisión de la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos, sea el Poder Popular a través de los comités de usuari@s y los productores nacionales independientes, quienes tengamos mayoría calificada en el Directorio al igual que en las comisiones de asignación de espacios, solo de esta forma lograremos avanzar, con los aciertos y desaciertos, pero al fin de cuentas, como dijo Alí Primera: el pueblo es sabio..

Debemos estar al tanto de lo positivo de la opinión pública como respaldo a la causa Revolucionaria, pero eso sí, con una prensa que juegue un papel moralizador, herramienta idónea para incentivar la contraloría de lo público y crear una conciencia de la corresponsabilidad ciudadana con una robusta cultura colectiva.

También debo alertar sobre el cuidado y celoso accionar de entregar concesiones o habilitaciones de trasmisión a colectivos para operar estaciones de Radio o Tv que posteriormente son utilizados como plataforma de aspiraciones políticas individuales de persona o grupo, censurando en el ámbito local aquellas actividades de interés comunitario, porque ven “sombra” en algunos actores políticos  que se asoman como futuros rivales en contiendas electorales, como ha pasado en algunos municipios, alejándose del fin para los cuales fueron creados estos medios alternativos y comunitarios.

El espectro radioeléctrico es un bien del dominio público, de uso limitado de la República, tal y como lo prevé la Constitución Nacional, la Ley Orgánica de Telecomunicaciones y la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión. El estado venezolano es quien entrega en concesión como un acto administrativo unilateral la explotación de una porción del espectro radioeléctrico democratizando su uso, cumpliendo los requisitos de ley; desconcentrando  la propiedad de los medios de comunicación en muchas y más variadas  manos, y No a - lo sumo cinco familias-. De esta forma se garantiza el régimen democrático, incorporando nuevas voces, actores, ideas, informaciones y opiniones; y garantizando así la pluralidad y diversidad política, religiosa, ideológica, cultural, educativa y social, fines supremos del estado social de derecho y de justicia.

Es por ello que destaco el más importante de los fundamentos Constitucionales, el establecido en el artículo 113; que establece: “No se permitirán los monopolios. Se declaran contrarios a los principios fundamentales de la constitución….

El estado  no sólo tiene el derecho, el deber y la obligación de adoptar medidas que desconcentren la propiedad de los medios de comunicación, sino la decisión soberana fundamentada en el cumplimiento de los principios constitucionales.

En la legislación patria, el otorgamiento de una concesión no da ningún derecho de preferencia o de herencia a la renovación, más allá del derecho de preferencia que debe existir si dentro de la racionalidad del Estado, éste decide entregar o no determinada frecuencia para que sea usada de la misma manera y valorar a demás si el concesionario cumplió cabalmente con las obligaciones derivadas de la  concesión respectiva.

Estos argumentos constitucionales y legales; incluso tratados y acuerdos internacionales que respaldan la decisión del Estado venezolano debemos dejarlos claro cuando se asumió no renovar la concesión del uso de la señal del canal 2. (Radio Caracas Televisión) vencida el 27 de mayo de 2.007. En Venezuela no se debe tolerar ningún medio de comunicación que esté al servicio del golpismo, del terrorismo, contra el pueblo, la nación, la independencia nacional y la dignidad de la República a nombre de la libertad de expresión.

Y hablando de grupo de personas o actores políticos es difícil no dejar de mencionar al Colegio Nacional de Periodistas (CNP). Cuestionar la ubicación política de los representantes del CNP no es el motivo de este discurso, pues no se cuestiona el hecho de que los periodistas sean “opositores” u “oficilialistas”. Se trata de cuestionar la arbitrariedad y la imposición de criterios políticos para unificar un gremio en el que la pluralidad política debe estar por encima de las parcialidades opositoras al gobierno constitucional de Nicolás Maduro.

Vale recordar que en el CNP existen diversidades de criterios políticos que deben respetarse en aras de la convivencia democrática, que están siendo irrespetadas. El periodismo vive tiempos difíciles, agravados ahora por la posición política personal de algunos miembros de la junta directiva nacional del CNP, secundados desde las seccionales por otros comunicadores que piensan que todo el colectivo gremial piensa como ellos, actúan como ellos y se comportan como ellos ante los tiempos de cambios políticos que está viviendo el país.

Actualmente pretenden convertir al CNP en un partido político de oposición, como ya lo son algunos medios de comunicación; inclementes e indolentes, manipuladores y despiadados, que incumplen todos los principios fundamentales emanados del Código de Ética del Periodista Venezolano. Ante esta situación considero que es necesario que el Consejo Nacional de Comunicadores Socialistas debe convertirse en el órgano de lucha, de ética y de moral de la comunicación, de la información y de la verdad que se le oculta al pueblo venezolano.

Soy un acérrimo defensor de la libertad  y de la autonomía de la prensa y del periodismo de investigación, como expresión de su espíritu liberal, pero siento una profunda preocupación que este derecho se utilice para distorsionar, desinformar y manipular a la opinión pública. El ejercicio del periodismo no debe ser una tribuna de odio y “pases de facturas”, sino un espacio para crecer en la edificación de una mejor sociedad, orientado a la lucha contra la tiranía, la mentira,  la ignorancia, la corrupción y eso no debemos perderlo de vista.

Debemos luchar para que la prensa venezolana sea el libro del pueblo al superar lo superfluo, la alineación, el materialismo estéril, la especulación, la chabacanería, el amarillismo, la vulgaridad que no es popularidad, la pornografía y la estupidez. La comunicación social debe ser muy cuidadosa de la inteligencia y la ética de sus lectores, erradicando el lenguaje soez y la información basura. Respetar la libertad de expresión, resguardar la dignidad del semejante y fomentar un ciudadano y ciudadana para la justicia social; legado que hemos heredado de El Libertador Simón Bolívar, el comunicador.!

Como comunicadores y comunicadoras sociales no debemos confundir la crítica con el ataque mordaz, debemos concebir la autocritica para avanzar, porque el ejercicio del periodismo no debe ser nunca vasija en la que escancien los malos humores del escritor resentido. La dureza critica, la censura demoledora, sólo es permisible cuando está en juego lo que suele llamarse bien común. No debemos hacer uso del ataque mordaz, sino de la crítica constructiva, basada en la orientación hacia la solución de algún problema que aqueje a la colectividad.

Esto es lo justo y eso es lo que debemos hacer, porque analizamos el problema recogiendo factores integrantes. Repetimos hoy lo que dijimos ayer y continuaremos diciendo, que seguiremos en la lucha, apartando a un lado posibles intereses y sin someter nuestras publicaciones a las conveniencias logreras de grupos o de personas. Estamos en el deber de debatir públicamente todo aquello que afecte a la colectividad, destacando de antemano lo que significa las injustificadas y cuestionadas acciones de los gobernantes de turno.

La prensa encarna la opinión pública. Es como un tribunal supremo, porque la prensa sólo es poderosa cuando permanece al servicio del pueblo. Alabar en periodismo cuesta mucho más que atacar, esto quiere decir que el público suele desconfiar y no sin razón de ciertos medios fundamentalmente laudatorios porque supone y no se equivoca, que la alabanza por sistema es un mal síntoma periodístico , significa en muchas ocasiones falta de personalidad, ausencia de criterio propio, miedo a los gobernantes, entrega no siempre confesable.

En varias ocasiones hemos hechos críticas demoledoras, cuando nos ha tocado señalar en nuestros espacios los grandes y terribles problemas que confrontan nuestras comunidades, para que no sigan siendo las niñas que  lloran en el codalso de la pobreza, ni el trozo de carne el festín donde gozan los zamuros y las hienas en un carnaval de dentelladas, y se han hecho estas críticas porque nos obliga nuestro ardoroso afán, nuestro primordial empeño por levantar hasta su más sublime grado el interés de ciudadanos y ciudadanas y gobernantes, para el progreso que tanto necesitan nuestro pueblos.

El humanismo, la práctica del bien al prójimo, el respeto a los derechos humanos, el rechazo a todo aquello que atente contra la libertad (que es distinto a libertinaje), es lo que debemos tener en cuenta al escribir. La actual coyuntura que caracteriza al país en el ejercicio del periodismo nos debe llevar a ejercerlo no con el propósito de hacer daño a personas e instituciones, ni para servir de vinculo de discordia, ni muchos menos con espíritu mercantilista; el camino que nos debemos marcar al iniciar nuestra marcha, es otro, el de defender los intereses de la colectividad, el de señalar errores con el fin  de que fuesen corregidos.

Debemos mantener la ética  por las circunstancias históricas que vive el país y porque creemos vivir en un clima de libertades democráticas en donde es lógico admitir vínculos que canalicen la expresión del pensamiento, teniendo como principio que esta ética es saludable en un sistema democrático, porque actúa  en función fiscalizadora de la gestión gubernamental en el marco de las ya conocidas 3R (Revisión, Rectificación y Reimpulso). Nuestras críticas son siempre bien intencionadas, sin que personas interesadas las “tergiversen” con el propósito de borrarnos del terreno de la información; en este caso decimos como el gran filosofo Confucio: “Se puede arrebatar y reducir a la esclavitud a un valiente general defendido por un ejército, pero no se puede quitar al más débil de los hombres la libertad de su pensamiento”.

Debemos ser sordos a los consejos que se nos dan cada día, rechazando con entereza el camino que nos señalan, como el de la adulancia, de la claudicación, el que se cobra en bolívares u otras prebendas. Debemos seguir nuestro rol comunicador, con la frente alta y la conciencia tranquila, seguimos en de señalar errores, el de atacar a los que atenten contra el pueblo, a los que se creen que por el sólo hecho de gobernar o de poseer grandes fortunas tienen el derecho de abandonar a su suerte a los que viven en la oscuridad.

Nuestras publicaciones son campanadas de alerta que muchas veces hacen temblar a los “Poderosos”, por eso calan muy hondo en el corazón del pueblo; textos que en su mayoría han quedado escritos la historia dolorosa, miserable y positivas de muchas comunidades que confían en nosotros, escribiendo las quejas de un pueblo con esperanza de ser oídas por alguien. Al escribir volcamos sobre el papel o el dispositivo electrónico sus angustias, sus necesidades  y esas esperanzas se  transforman en realidad, esa es nuestra misión, la del Quijote, y estamos contentos de ella, creemos que estamos cumpliendo con nuestro deber consagrado en la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, el de ser portavoces del clamor de las masas populares, y poder decir con orgullo, sin que esto quiera decir AUTOBOMBO, que ni una sola vez debemos pensar en nuestros intereses personales, porque nunca debemos hacer carnicería de reputaciones ajenas, ni estamos dispuestos hacerle competencia a quienes pretenden hacerlo.

Luego del golpe de Estado mediático desarrollado el 11 al 13 de abril de 2002, el campo de los medios tradicionales en su mayoría privados, las condiciones siguen siendo las mismas o peor aún, estos grandes medios, lejos de sumarse al clima de participación y ansias de democracia que actualmente se vive amenazada, acentúan su carácter golpista, manipulador y enajenante con sus aliados internacionales, haciéndose cómplices de la vieja política puntofijista, cuando los nuevos actores políticos opositores y terroristas a la Revolución Bolivariana pretenden cambiar todo, entregando nuestra soberanía y recursos energéticos.

Es notoria la intención de estos medios manipuladores por imponer una matriz de opinión pública opuesta a los cambios y que lejos de permitir la libertad de expresión en toda su plenitud, la maniata y la sustituyen por un idiotizante liberalismo informativo que esconde las verdaderas realidades y el sentir de un pueblo. Es preocupante y alerto que existen ciertos medios y comunicadores que nacieron en Revolución que siguen pensando en el periodismo con criterios de rentabilidad comercial abrumadora y no como instrumentos de la libertad de expresión que permitan generar verdaderos espacios comunicacionales en los que se exprese el pueblo en toda su diversidad.

En tiempos de Revolución se multiplicaron significativamente en el país los medios de comunicación  públicos, comunitarios y privados. Con el comandante Chávez aumentó sustancialmente el número de medios de comunicación en Venezuela, tanto privados como públicos; y en el campo de la comunicación alternativa y comunitaria ha habido una explosión. Antes de llegar al poder el comandante Hugo Chávez en 1998, eran inexistentes los medios comunitarios, alternativos y la comunicación popular era criminalizada. Hoy día tenemos un basto campo de comunicadores populares y de medios que están siendo respaldado por el pueblo venezolano. Ahora existe un amplio grupo de comunicadores populares que pueden expresar sus ideas a través de los distintos medios fundados en Revolución. Debemos comprometernos con un periodismo para la  paz, con  esencia patriótica,  independentista, revolucionaria y soberana.

El pueblo venezolano debe formarse de y con las herramientas comunicacionales masivas modernas, a través de la alfabetización tecnológica con el uso de las TICS (Tecnologías de información y Comunicación), para sumarse y no quedar aislado en esta batalla comunicacional en una sociedad tan cambiante como la actual.

Muestra de ello para la alfabetización tecnológica, la Revolución Bolivariana, creó en todo el país una gran red de más de mil INFOCENTROS, Centros Telemáticos,  Bibliotecas Virtuales y Centros de Producción de Contenidos Audiovisuales para la formación de nuestros comunicadores y comunicadoras populares y estudiantes de Comunicación Social de la Misión Sucre y Universidad Bolivariana de Venezuela, en la cual pertenezco con orgullo.

Estas Instituciones nacieron en el marco de la inclusión y municipalización de la educación universitaria, cuya carrera académica estaba en manos de élites en universidades tradicionales, como también la medicina y el derecho. Hoy día se ha humanizado la Comunicación Social, No es una carrera, porque no estamos compitiendo con nadie, pues es un digno y completo Programa Nacional de Formación de Grado (PNFG) ajustado a los nuevos tiempos para quienes deseen incursionar en este apasionante campo.

La Internet cada día que pasa ofrece incontables espacios para publicar contenidos, todos disponibles para todos… y, por supuesto, para los periodistas; siendo así, es innegable que la comunicación, y por tanto el periodismo, vive una gran revolución que ha permitido que la profesión periodística evolucione, se reinvente y se adapte, con agilidad y rapidez.

De esta forma nace el periodismo 2.0. Las redes sociales dan a cada persona la posibilidad de convertirse en reportero, eso es algo muy valioso, algo que ha causado, por cierto, que algunos intelectuales  escriban contra eso, porque dicen que hay  muchos estúpidos en las redes, yo a eso le respondo que estúpidos hay en todos lados, precisamente entre los intelectuales están los estúpidos más grandes que yo he conocido en toda mi vida. De modo que eso no es  ningún problema, el asunto es que algunos están sintiendo celos porque se les está metiendo el pueblo en las redes, y si creemos en la democracia no podemos quejarnos de eso, sino dar la batalla por las ideas desde esta trinchera tecnológica. Creo que no debemos verlo como un enemigo.

Resulta que el periodismo es una actividad que no requiere de un entrenamiento extremo como en la medicina, porque se puede correr peligro muy grave si una persona se pone a operar a otra sin entrenamiento (…) En el caso del periodismo no, porque  la información la tenemos todos y todos podemos trasmitirla sólo que el periodista tiene  más experiencia, mayor formación y tiene más ventaja en eso que los demás, es como el deportista profesional al lado del deportista aficionado, el profesional siempre va a tener ventaja, pero no puede negar el derecho que tiene el aficionado de practicar deporte. En definitiva, las nuevas tecnologías no son un enemigo para el periodista.

Desde esta perspectiva, quiero citar el artículo de la columna de  opinión de nuestra camarada Sumiré Ferrara de este lunes 26 de junio publicado en CIUDAD MARACAY del presente año titulado  COMBATE COMUNICACIONAL, donde nos lleva a reflexionar desde estas trincheras.

Cito.
“Cuando el odio, la irracionalidad, la violencia, el terrorismo y el desprecio de la oposición venezolana buscan imponerse para promover la injerencia extrajera y el derrocamiento de nuestro Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros, son muchos los medios de comunicación como CNN, Univisión, El País, entre otros del mundo que al servicio de las elites capitalistas imperiales desnaturalizan los acontecimientos para así engañar, manipular, desestabilizar y al mismo tiempo defender los intereses políticos de esos oligarcas que salvajemente direccionan un plan mediático basado en tergiversaciones contra la revolución socialista.

Decía recientemente el escritor Miguel Espaillat, articulista dominicano que: “Usted enciende su televisor, o se va al internet, y el bombardeo contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro es abrumador. Todos los medios del imperio (radio, TV, periódicos, revistas, noticieros, artistas serviles, expresidentes y presidentes lacayos, aprovechan toda oportunidad para despotricar contra el gobierno chavista de Venezuela. Nunca hablan de otro país. No les importa las miserias de Haití, Perú, México, ni la dictadura de Arabia Saudita, ni la tiranía de Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial, ni la esclavitud reinante en las fábricas yanquis establecidas en China, ni hablan de la pobreza y de la violación de los derechos humanos en Colombia y Honduras.

No hablan de los presos políticos y activistas sindicales asesinados en esos países; hablan para defender a Leopoldo López, pero nunca para defender a Milagros Sala, presa política del gobierno de Macri en Argentina. Tampoco hablan de los periodistas y sindicalistas asesinados en Colombia y Honduras, ni del narcotráfico y violación de los derechos humanos en México.  Tampoco es tema para los medios del imperio, los crímenes de Israel contra Palestina; solo Venezuela está en las miras de sus cañones”. Realidad que se suma a la suspensión de 180 cuentas de entes públicos y de simpatizantes de nuestro gobierno en Twitter, denuncia que formuló en días pasados el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas; asimismo la difusión de imágenes falsas sobre supuestas represiones a manifestantes y otras acciones que buscan la caída de la revolución y el retorno de la oligarquía al poder político.

Sin embargo, esta guerra mediática encuentra a su paso la artillería de los medios de comunicación nacionales, regionales y municipales que defienden la ética y la justicia; medios que cuentan con la conciencia de comunicadores y comunicadoras de la Patria, quienes ejercen su oficio con profesionalismo, determinación, apego a la verdad, respeto y sentido de pertenencia. Artilleros y artilleras que con diferentes géneros periodísticos, disciplina, respeto, compromiso y constancia enaltecen los principios de la comunicación de los nuevos tiempos; hombres y mujeres que combaten con espíritu revolucionario el terrorismo mediático de la oligarquía imperialista; impulsando y fortaleciendo así la información veraz, popular y comunitaria”.

Fin de la cita.

Hoy, gracias a la libertad de expresión que hay en Venezuela, la oposición puede decir donde quiera, que “en este país no hay libertad de expresión”.
Hace 75 años fue creado El Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar y en lo sucesivo, también se han creado premios regionales y municipales de periodismo con nombre de destacados comunicadores;  premiaciones que muchas veces solicitan grandes cantidades de requisitos para las postulaciones que terminan “Premiando” a quienes tuvieron los mecanismos y facilidades para entregar los recaudos y pocas veces a quienes realizan el trabajo “comunidad adentro”.

Por eso exhorto que se cree una comisión permanente de monitoreo de los trabajos de los periodistas, de medios, de  comunicadores y comunicadoras para así garantizar mayor participación y reconocimiento. Muestra de ello es como lo asumió este consejo municipal de Revenga, que bajo orientaciones, sugerencias, opiniones de personas de reconocida idoneidad moral aportaron ideas para galardonar a los presentes.

Con estos galardones se busca exaltar la labor de las y los periodistas, locales y de todos aquellos y aquellas que realicen actividades afines a la comunicación social, que promuevan la convivencia, la tolerancia, las actividades comunitarias, culturales, resaltando los valores del humanismo y la justicia a través del ejercicio de un periodismo para la vida y la paz.

El próximo 30 de julio nuestro país vivirá de nuevo un ejercicio democrático, participativo e histórico como lo es la elección de una nueva Asamblea Nacional Constituyente, convocada por el presidente obrero Nicolás Maduro Moros, en sus facultades constitucionales en los artículos 348, 347, 70, y 236 numeral 1, enmarcada en nueve objetivos programáticos cuyo propósito fundamental es la paz de la republica; pero hasta ahora nadie habla del destino de los medios alternativos y comunitarios, nadie habla del destino de los comunicadores de calle consagrados en esta batalla comunicacional; es por ello que desde esta trinchera, desde esta cámara municipal de este ilustre Consejo Municipal de Revenga, elevamos la propuesta a aquellos constituyentistas que resulten electos a constitucionalizar  todos los medios alternativos y comunitarios y comunicadores populares para su protección, para su consolidación en el tiempo, para constitucionalizar el espectro radioeléctrico que es dominio de todos los venezolanos y venezolanas, para dignificar nuestro trabajo con seguridad social, con formación permanente y compromiso con la patria….

A ustedes colegas de esta  batalla comunicacional, mi reconocimiento y gratitud infinita, sigamos reivindicando nuestras raíces históricas, culturales y sociales. Sigamos al servicio del pueblo y de nuestra amada Venezuela.

Finalizo con  dos extraordinarias frases; una de Gabriel García Márquez  “La Mejor Noticia no es siempre la que se da primero, sino muchas veces la que se da mejor”, y la otra  frase de nuestro comandante eterno Hugo Chávez. “En el combate de ideas, el periodista debe empuñar armas poderosas como la ética y la justicia”.


Muchas Gracias.