El Consejo, Viernes 30 de Junio de 2017.
Discurso
de orden en ocasión del día del Periodista, Comunicadores y comunicadoras
Alternativos y Comunitarios
Yolman
Briceño – Comunicador Alternativo y Comunitario
Debemos recordar que el 8 de
septiembre se conmemora el Día Internacional del Periodista en homenaje al
periodista checo Julius Fucik, ejecutado por los nazis el 8 de septiembre de
1943; sin embargo en la historia
republicana venezolana la prensa ha tenido un expediente estelar hasta
en la actualidad desde la llegada al puerto de La Guaira de la primera imprenta
el 23 de septiembre de 1808 en la fragata norteamericana “Fénix” ; imprenta que
se instaló en Venezuela y la cual dio a luz la histórica “Gaceta de Caracas”.
Está imprenta era la misma
que Miranda trajo en su accidentada expedición.
Había quedado en Puerto España junto con el “Leander” y todos los demás
equipos subastados para poder pagar el fracaso de la empresa libertadora.
Venezuela fue una de las últimas colonias en América en recibir los beneficios
de una imprenta, no por falta de interés sino porque nunca las solicitudes
corrieron con fortuna.
Dieciocho años después.. el
27 de junio de 1818 aparece la
publicación del primer número del “Coreo del Orinoco” creado por el Libertador
Simón Bolívar, fecha tomada como el “Día del periodista” acordada por la
Asociación Venezolana de Periodistas tras el pedido de Guillermo García Ponce,
quien hizo llegar su propuesta en 1964 desde el Cuartel San Carlos, donde se
encontraba detenido por rebelión militar. La ley de Ejercicio del Periodismo,
de 1994, ratificó al 27 de junio como "Día del Periodista Venezolano”. La
Revolución Bolivariana dignificó tal fecha connotándola como “Día de las y los periodistas,
comunicadores y comunicadoras sociales; Comunicadores y Comunicadoras
alternativos y comunitarios” en una coyuntura de inclusión a los que decidimos
incursionar en esta loable labor de informar con aquellos pequeños espacios que
ofrecían los medios de comunicación tradicionales, sin perder la esperanza de
que algún día se abriera el compás con más lluvias de ideas de comunicadores y
comunicadoras de calle, populares, alternativos, en la conducción de nuestros
propios medios de comunicación, para entrar en la batalla comunicacional, en la
batalla de las ideas y visibilizar aquellos
que no teníamos voz ni centimetraje en la prensa capitalista y
comercial.
A 199 años de la primera edición
de El Correo del Orinoco por parte de El Libertador Simón Bolívar para dar esta
batalla de ideas por la Revolución de Independencia, honramos en este recinto la
memoria de William Lara estudioso de la comunicación social y de las Ciencias Políticas; de Fabricio Ojeda,
periodista, político y guerrillero venezolano
asesinado 17 de junio de 1966 por funcionarios del Servicio de
Información de las Fuerzas Armadas (SIFA) quién luchó contra la dictadura del
General Marcos Pérez Jiménez.
Es digno recordar a don
Carlos Bejarano García, a don Diego de Hurtado, y don Simón López, la más alta
trilogía del Periodismo aragueño. Don Diego fundó el 31 de mayo de 1849, “El
Edén” primer periódico victoriano; don Carlos fundó el 2 de julio de 1903 “El
Industrial”, periódico que mantuvo informada a la población durante la primera
mitad del siglo XX y don Simón fundó el
12 de julio de 1964 “El Provinciano” que cubrió la segunda mitad del siglo XX. Es
un heroísmo también recordar a Quintín Rivero y Norberto Bolívar impulsores de
la comunicación alternativa y comunitaria en el eje este de Aragua, junto a un
sinnúmero de compatriotas que se mantienen en la vanguardia comunicacional.
El periodismo en Venezuela inicio
a mediados del siglo XX, vinculado a la actividad política. Los medios de
comunicación surgían al amparo y al servicio de partidos o movimientos
políticos, que nacían y morían según el éxito o el fracaso que acompañaban a
los movimientos a los cuales servían, pero al mismo tiempo fue un ejercicio
heroico para los medios que no servían a
ningún movimiento político en particular.
En Venezuela, durante la
democracia representativa (1958-1998), la mayoría de los medios alternativos se
mantuvieron con un trabajo de base desde la clandestinidad, muchas veces bajo
la persecución del Estado burgués. El desarrollo histórico, por ejemplo de la
TV comunitaria era un entramado limitado de múltiples hilos conductores como el
cineclub, los movimientos sociales relacionados con el video, como herramienta
de reflexión social; los grupos religiosos progresistas, los colectivos de
resistencia cultural, las televisoras culturales, y otras experiencias
relacionadas con la militancia y el compromiso con los más desposeídos como: el
cine barrial, el cine de emergencia y el cine universitario. Igualmente la
historia se entreteje con algunas tímidas políticas de Estado como la
Federación Venezolana de Centros de Cultura Cinematográfica, y una pírrica
manifestación de grupos populares organizados en función del paisaje
audiovisual popular, que formaban parte de los gérmenes que posteriormente
crecerían como el gran movimiento de comunicación comunitaria y por ende de la
televisión comunitaria en la Revolución Bolivariana.
El 13 de abril de 2002 nació
la comunicación alternativa en Venezuela. El golpe de Estado ocurrido en el
país en abril de ese año estará históricamente asociado a la forma de hacer
comunicación por parte del pueblo, que se armó de las más variadas herramientas
para enfrentar la desinformación de los medios tradicionales y exigir el
regreso del presidente de la República, Hugo Chávez Frías, al palacio de
Miraflores. Las denominadas radios perolas, panfletos, los altos parlantes o
simplemente una llamada telefónica y los colectivos motorizados sirvieron para ofrecerle a los sectores más
desposeídos un vehículo por medio del cual pudieran expresarse.
Este proceso, considerado
como una fase esencial para la consolidación de la comunicación comunitaria,
traspasó las fronteras de la capital venezolana para adentrarse en la
provincia, como lo demuestra la creación y evolución de centenares de emisoras,
televisoras y periódicos comunitarios a
lo largo y ancho del país. Las herramientas comunicacionales que se inventó el
pueblo en ese momento sirvieron para que el 11 de abril tuviera un 13 de abril.
A partir de este momento todos aprendimos que en las comunidades existe,
inevitablemente, un comunicador o comunicadora, un ser humano capaz de usar la
comunicación para enfrentar la desinformación que quieren poner en práctica lo
medios privados.
El 7 de diciembre de 2004
entra en vigencia Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (RESORTE)
es el nombre de la ley aprobada por la Asamblea Nacional de Venezuela, cuyo
objeto es el de establecer la responsabilidad social de los prestadores de los
servicios de radio y televisión, sus relacionados, los productores nacionales
independientes y los usuarios en el proceso de difusión y recepción de
mensajes, de conformidad con las normas y principios constitucionales, de la
legislación para la protección integral de los niños, niñas y adolescentes, la
educación, la seguridad social, la libre competencia, siendo la Comisión
Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) el organismo encargado del
cumplimiento de esta Ley.
Entre otras cosas, este
instrumento legal obliga a todos los prestadores de servicio de radio y
televisión a transmitir obligatoriamente los mensajes y alocuciones que el
Ejecutivo Nacional considere necesarios. Ejemplo de ello las micros cadenas del
“Noticiero de la Patria” cuyo contenido son invisibilizados en los medios
privados.
También deben transmitir de
manera gratuita y obligatoria mensajes culturales, educativos, informativos o
preventivos de servicio público seleccionados por el Ejecutivo Nacional, los
cuales no deben exceder los quince minutos diarios. Así mismo, en su artículo 9
prohíbe expresamente hacer publicidad de cualquier forma (incluso por
emplazamiento) en dichos medios a substancias tales como: bebidas alcohólicas,
cigarrillos, substancias estupefacientes, así como a explosivos, armamento,
etc. En diciembre de 2010, se reformó la Ley para supervisar el uso del
Internet y las redes sociales en Venezuela, teniendo como nuevo nombre Ley De
Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos.
Podría afirmar con toda
seguridad que la clave para que esta ley sea verdaderamente sangre y espíritu
de pueblo, es que en todas y cada una de las instancias de decisión de la Ley
de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos, sea el
Poder Popular a través de los comités de usuari@s y los productores nacionales
independientes, quienes tengamos mayoría calificada en el Directorio al igual
que en las comisiones de asignación de espacios, solo de esta forma lograremos
avanzar, con los aciertos y desaciertos, pero al fin de cuentas, como dijo Alí
Primera: el pueblo es sabio..
Debemos estar al tanto de lo
positivo de la opinión pública como respaldo a la causa Revolucionaria, pero
eso sí, con una prensa que juegue un papel moralizador, herramienta idónea para
incentivar la contraloría de lo público y crear una conciencia de la corresponsabilidad
ciudadana con una robusta cultura colectiva.
También debo alertar sobre
el cuidado y celoso accionar de entregar concesiones o habilitaciones de
trasmisión a colectivos para operar estaciones de Radio o Tv que posteriormente
son utilizados como plataforma de aspiraciones políticas individuales de
persona o grupo, censurando en el ámbito local aquellas actividades de interés
comunitario, porque ven “sombra” en algunos actores políticos que se asoman como futuros rivales en contiendas
electorales, como ha pasado en algunos municipios, alejándose del fin para los
cuales fueron creados estos medios alternativos y comunitarios.
El espectro radioeléctrico
es un bien del dominio público, de uso limitado de la República, tal y como lo
prevé la Constitución Nacional, la Ley Orgánica de Telecomunicaciones y la Ley
de Responsabilidad Social en Radio y Televisión. El estado venezolano es quien
entrega en concesión como un acto administrativo unilateral la explotación de
una porción del espectro radioeléctrico democratizando su uso, cumpliendo los
requisitos de ley; desconcentrando la
propiedad de los medios de comunicación en muchas y más variadas manos, y No a - lo sumo cinco familias-. De
esta forma se garantiza el régimen democrático, incorporando nuevas voces,
actores, ideas, informaciones y opiniones; y garantizando así la pluralidad y
diversidad política, religiosa, ideológica, cultural, educativa y social, fines
supremos del estado social de derecho y de justicia.
Es por ello que destaco el más
importante de los fundamentos Constitucionales, el establecido en el artículo
113; que establece: “No se permitirán los monopolios. Se declaran contrarios a
los principios fundamentales de la constitución….
El estado no sólo tiene el derecho, el deber y la
obligación de adoptar medidas que desconcentren la propiedad de los medios de
comunicación, sino la decisión soberana fundamentada en el cumplimiento de los
principios constitucionales.
En la legislación patria, el
otorgamiento de una concesión no da ningún derecho de preferencia o de herencia
a la renovación, más allá del derecho de preferencia que debe existir si dentro
de la racionalidad del Estado, éste decide entregar o no determinada frecuencia
para que sea usada de la misma manera y valorar a demás si el concesionario
cumplió cabalmente con las obligaciones derivadas de la concesión respectiva.
Estos argumentos
constitucionales y legales; incluso tratados y acuerdos internacionales que
respaldan la decisión del Estado venezolano debemos dejarlos claro cuando se
asumió no renovar la concesión del uso de la señal del canal 2. (Radio Caracas
Televisión) vencida el 27 de mayo de 2.007. En Venezuela no se debe
tolerar ningún medio de comunicación que esté al servicio del golpismo, del
terrorismo, contra el pueblo, la nación, la independencia nacional y la
dignidad de la República a nombre de la libertad de expresión.
Y hablando de grupo de
personas o actores políticos es difícil no dejar de mencionar al Colegio
Nacional de Periodistas (CNP). Cuestionar la ubicación política de los
representantes del CNP no es el motivo de este discurso, pues no se cuestiona
el hecho de que los periodistas sean “opositores” u “oficilialistas”. Se trata
de cuestionar la arbitrariedad y la imposición de criterios políticos para
unificar un gremio en el que la pluralidad política debe estar por encima de
las parcialidades opositoras al gobierno constitucional de Nicolás Maduro.
Vale recordar que en el CNP
existen diversidades de criterios políticos que deben respetarse en aras de la
convivencia democrática, que están siendo irrespetadas. El periodismo vive
tiempos difíciles, agravados ahora por la posición política personal de algunos
miembros de la junta directiva nacional del CNP, secundados desde las
seccionales por otros comunicadores que piensan que todo el colectivo gremial
piensa como ellos, actúan como ellos y se comportan como ellos ante los tiempos
de cambios políticos que está viviendo el país.
Actualmente pretenden
convertir al CNP en un partido político de oposición, como ya lo son algunos
medios de comunicación; inclementes e indolentes, manipuladores y despiadados,
que incumplen todos los principios fundamentales emanados del Código de Ética
del Periodista Venezolano. Ante esta situación considero que es necesario que
el Consejo Nacional de Comunicadores Socialistas debe convertirse en el órgano
de lucha, de ética y de moral de la comunicación, de la información y de la
verdad que se le oculta al pueblo venezolano.
Soy un acérrimo defensor de
la libertad y de la autonomía de la
prensa y del periodismo de investigación, como expresión de su espíritu
liberal, pero siento una profunda preocupación que este derecho se utilice para
distorsionar, desinformar y manipular a la opinión pública. El ejercicio del
periodismo no debe ser una tribuna de odio y “pases de facturas”, sino un
espacio para crecer en la edificación de una mejor sociedad, orientado a la
lucha contra la tiranía, la mentira, la
ignorancia, la corrupción y eso no debemos perderlo de vista.
Debemos luchar para que la
prensa venezolana sea el libro del pueblo al superar lo superfluo, la
alineación, el materialismo estéril, la especulación, la chabacanería, el amarillismo,
la vulgaridad que no es popularidad, la pornografía y la estupidez. La
comunicación social debe ser muy cuidadosa de la inteligencia y la ética de sus
lectores, erradicando el lenguaje soez y la información basura. Respetar la
libertad de expresión, resguardar la dignidad del semejante y fomentar un
ciudadano y ciudadana para la justicia social; legado que hemos heredado de El
Libertador Simón Bolívar, el comunicador.!
Como comunicadores y
comunicadoras sociales no debemos confundir la crítica con el ataque mordaz, debemos
concebir la autocritica para avanzar, porque el ejercicio del periodismo no
debe ser nunca vasija en la que escancien los malos humores del escritor
resentido. La dureza critica, la censura demoledora, sólo es permisible cuando
está en juego lo que suele llamarse bien común. No debemos hacer uso del ataque
mordaz, sino de la crítica constructiva, basada en la orientación hacia la
solución de algún problema que aqueje a la colectividad.
Esto es lo justo y eso es lo
que debemos hacer, porque analizamos el problema recogiendo factores
integrantes. Repetimos hoy lo que dijimos ayer y continuaremos diciendo, que
seguiremos en la lucha, apartando a un lado posibles intereses y sin someter
nuestras publicaciones a las conveniencias logreras de grupos o de personas.
Estamos en el deber de debatir públicamente todo aquello que afecte a la
colectividad, destacando de antemano lo que significa las injustificadas y
cuestionadas acciones de los gobernantes de turno.
La prensa encarna la opinión
pública. Es como un tribunal supremo, porque la prensa sólo es poderosa cuando
permanece al servicio del pueblo. Alabar en periodismo cuesta mucho más que
atacar, esto quiere decir que el público suele desconfiar y no sin razón de
ciertos medios fundamentalmente laudatorios porque supone y no se equivoca, que
la alabanza por sistema es un mal síntoma periodístico , significa en muchas
ocasiones falta de personalidad, ausencia de criterio propio, miedo a los
gobernantes, entrega no siempre confesable.
En varias ocasiones hemos
hechos críticas demoledoras, cuando nos ha tocado señalar en nuestros espacios
los grandes y terribles problemas que confrontan nuestras comunidades, para que
no sigan siendo las niñas que lloran en
el codalso de la pobreza, ni el trozo de carne el festín donde gozan los
zamuros y las hienas en un carnaval de dentelladas, y se han hecho estas
críticas porque nos obliga nuestro ardoroso afán, nuestro primordial empeño por
levantar hasta su más sublime grado el interés de ciudadanos y ciudadanas y
gobernantes, para el progreso que tanto necesitan nuestro pueblos.
El humanismo, la práctica
del bien al prójimo, el respeto a los derechos humanos, el rechazo a todo
aquello que atente contra la libertad (que es distinto a libertinaje), es lo
que debemos tener en cuenta al escribir. La actual coyuntura que caracteriza al
país en el ejercicio del periodismo nos debe llevar a ejercerlo no con el
propósito de hacer daño a personas e instituciones, ni para servir de vinculo
de discordia, ni muchos menos con espíritu mercantilista; el camino que nos
debemos marcar al iniciar nuestra marcha, es otro, el de defender los intereses
de la colectividad, el de señalar errores con el fin de que fuesen corregidos.
Debemos mantener la
ética por las circunstancias históricas
que vive el país y porque creemos vivir en un clima de libertades democráticas
en donde es lógico admitir vínculos que canalicen la expresión del pensamiento,
teniendo como principio que esta ética es saludable en un sistema democrático,
porque actúa en función fiscalizadora de
la gestión gubernamental en el marco de las ya conocidas 3R (Revisión,
Rectificación y Reimpulso). Nuestras críticas son siempre bien intencionadas,
sin que personas interesadas las “tergiversen” con el propósito de borrarnos
del terreno de la información; en este caso decimos como el gran filosofo
Confucio: “Se puede arrebatar y reducir a
la esclavitud a un valiente general defendido por un ejército, pero no se puede
quitar al más débil de los hombres la libertad de su pensamiento”.
Debemos ser sordos a los
consejos que se nos dan cada día, rechazando con entereza el camino que nos
señalan, como el de la adulancia, de la claudicación, el que se cobra en
bolívares u otras prebendas. Debemos seguir nuestro rol comunicador, con la
frente alta y la conciencia tranquila, seguimos en de señalar errores, el de
atacar a los que atenten contra el pueblo, a los que se creen que por el sólo
hecho de gobernar o de poseer grandes fortunas tienen el derecho de abandonar a
su suerte a los que viven en la oscuridad.
Nuestras publicaciones son
campanadas de alerta que muchas veces hacen temblar a los “Poderosos”, por eso
calan muy hondo en el corazón del pueblo; textos que en su mayoría han quedado
escritos la historia dolorosa, miserable y positivas de muchas comunidades que
confían en nosotros, escribiendo las quejas de un pueblo con esperanza de ser oídas
por alguien. Al escribir volcamos sobre el papel o el dispositivo electrónico
sus angustias, sus necesidades y esas
esperanzas se transforman en realidad,
esa es nuestra misión, la del Quijote, y estamos contentos de ella, creemos que
estamos cumpliendo con nuestro deber consagrado en la Constitución de la
Republica Bolivariana de Venezuela, el de ser portavoces del clamor de las
masas populares, y poder decir con orgullo, sin que esto quiera decir
AUTOBOMBO, que ni una sola vez debemos pensar en nuestros intereses personales,
porque nunca debemos hacer carnicería de reputaciones ajenas, ni estamos
dispuestos hacerle competencia a quienes pretenden hacerlo.
Luego del golpe de Estado
mediático desarrollado el 11 al 13 de abril de 2002, el campo de los medios
tradicionales en su mayoría privados, las condiciones siguen siendo las mismas
o peor aún, estos grandes medios, lejos de sumarse al clima de participación y
ansias de democracia que actualmente se vive amenazada, acentúan su carácter
golpista, manipulador y enajenante con sus aliados internacionales, haciéndose
cómplices de la vieja política puntofijista, cuando los nuevos actores
políticos opositores y terroristas a la Revolución Bolivariana pretenden
cambiar todo, entregando nuestra soberanía y recursos energéticos.
Es notoria la intención de
estos medios manipuladores por imponer una matriz de opinión pública opuesta a
los cambios y que lejos de permitir la libertad de expresión en toda su
plenitud, la maniata y la sustituyen por un idiotizante liberalismo informativo
que esconde las verdaderas realidades y el sentir de un pueblo. Es preocupante
y alerto que existen ciertos medios y comunicadores que nacieron en Revolución
que siguen pensando en el periodismo con criterios de rentabilidad comercial abrumadora
y no como instrumentos de la libertad de expresión que permitan generar
verdaderos espacios comunicacionales en los que se exprese el pueblo en toda su
diversidad.
En tiempos de Revolución se
multiplicaron significativamente en el país los medios de comunicación públicos, comunitarios y privados. Con el
comandante Chávez aumentó sustancialmente el número de medios de comunicación
en Venezuela, tanto privados como públicos; y en el campo de la comunicación
alternativa y comunitaria ha habido una explosión. Antes de llegar al poder el
comandante Hugo Chávez en 1998, eran inexistentes los medios comunitarios,
alternativos y la comunicación popular era criminalizada. Hoy día tenemos un
basto campo de comunicadores populares y de medios que están siendo respaldado
por el pueblo venezolano. Ahora existe un amplio grupo de comunicadores
populares que pueden expresar sus ideas a través de los distintos medios
fundados en Revolución. Debemos comprometernos con un periodismo para la paz, con
esencia patriótica, independentista,
revolucionaria y soberana.
El pueblo venezolano debe
formarse de y con las herramientas comunicacionales masivas modernas, a través
de la alfabetización tecnológica con el uso de las TICS (Tecnologías de
información y Comunicación), para sumarse y no quedar aislado en esta batalla
comunicacional en una sociedad tan cambiante como la actual.
Muestra de ello para la
alfabetización tecnológica, la Revolución Bolivariana, creó en todo el país una
gran red de más de mil INFOCENTROS, Centros Telemáticos, Bibliotecas Virtuales y Centros de Producción
de Contenidos Audiovisuales para la formación de nuestros comunicadores y
comunicadoras populares y estudiantes de Comunicación Social de la Misión Sucre
y Universidad Bolivariana de Venezuela, en la cual pertenezco con orgullo.
Estas Instituciones nacieron
en el marco de la inclusión y municipalización de la educación universitaria,
cuya carrera académica estaba en manos de élites en universidades
tradicionales, como también la medicina y el derecho. Hoy día se ha humanizado
la Comunicación Social, No es una carrera, porque no estamos compitiendo con
nadie, pues es un digno y completo Programa Nacional de Formación de Grado
(PNFG) ajustado a los nuevos tiempos para quienes deseen incursionar en este
apasionante campo.
La Internet cada día que
pasa ofrece incontables espacios para publicar contenidos, todos disponibles
para todos… y, por supuesto, para los periodistas; siendo así, es innegable que
la comunicación, y por tanto el periodismo, vive una gran revolución que ha
permitido que la profesión periodística evolucione, se reinvente y se adapte,
con agilidad y rapidez.
De esta forma nace el
periodismo 2.0. Las redes sociales dan a cada persona la posibilidad de
convertirse en reportero, eso es algo muy valioso, algo que ha causado, por
cierto, que algunos intelectuales
escriban contra eso, porque dicen que hay muchos estúpidos en las redes, yo a eso le
respondo que estúpidos hay en todos lados, precisamente entre los intelectuales
están los estúpidos más grandes que yo he conocido en toda mi vida. De modo que
eso no es ningún problema, el asunto es
que algunos están sintiendo celos porque se les está metiendo el pueblo en las
redes, y si creemos en la democracia no podemos quejarnos de eso, sino dar la
batalla por las ideas desde esta trinchera tecnológica. Creo que no debemos
verlo como un enemigo.
Resulta que el periodismo es
una actividad que no requiere de un entrenamiento extremo como en la medicina,
porque se puede correr peligro muy grave si una persona se pone a operar a otra
sin entrenamiento (…) En el caso del periodismo no, porque la información la tenemos todos y todos
podemos trasmitirla sólo que el periodista tiene más experiencia, mayor formación y tiene más
ventaja en eso que los demás, es como el deportista profesional al lado del
deportista aficionado, el profesional siempre va a tener ventaja, pero no puede
negar el derecho que tiene el aficionado de practicar deporte. En definitiva,
las nuevas tecnologías no son un enemigo para el periodista.
Desde esta perspectiva, quiero
citar el artículo de la columna de
opinión de nuestra camarada Sumiré Ferrara de este lunes 26 de junio
publicado en CIUDAD MARACAY del
presente año titulado COMBATE
COMUNICACIONAL, donde nos lleva a reflexionar desde estas trincheras.
Cito.
“Cuando
el odio, la irracionalidad, la violencia, el terrorismo y el desprecio de la
oposición venezolana buscan imponerse para promover la injerencia extrajera y
el derrocamiento de nuestro Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros, son
muchos los medios de comunicación como CNN, Univisión, El País, entre otros del
mundo que al servicio de las elites capitalistas imperiales desnaturalizan los
acontecimientos para así engañar, manipular, desestabilizar y al mismo tiempo defender
los intereses políticos de esos oligarcas que salvajemente direccionan un plan
mediático basado en tergiversaciones contra la revolución socialista.
Decía
recientemente el escritor Miguel Espaillat, articulista dominicano que: “Usted
enciende su televisor, o se va al internet, y el bombardeo contra el gobierno
del presidente Nicolás Maduro es abrumador. Todos los medios del imperio
(radio, TV, periódicos, revistas, noticieros, artistas serviles, expresidentes
y presidentes lacayos, aprovechan toda oportunidad para despotricar contra el
gobierno chavista de Venezuela. Nunca hablan de otro país. No les importa las
miserias de Haití, Perú, México, ni la dictadura de Arabia Saudita, ni la
tiranía de Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial, ni la esclavitud reinante en
las fábricas yanquis establecidas en China, ni hablan de la pobreza y de la
violación de los derechos humanos en Colombia y Honduras.
No
hablan de los presos políticos y activistas sindicales asesinados en esos
países; hablan para defender a Leopoldo López, pero nunca para defender a
Milagros Sala, presa política del gobierno de Macri en Argentina. Tampoco
hablan de los periodistas y sindicalistas asesinados en Colombia y Honduras, ni
del narcotráfico y violación de los derechos humanos en México. Tampoco es tema para los medios del imperio,
los crímenes de Israel contra Palestina; solo Venezuela está en las miras de
sus cañones”. Realidad que se suma a la suspensión de 180 cuentas de entes
públicos y de simpatizantes de nuestro gobierno en Twitter, denuncia que
formuló en días pasados el ministro de Comunicación e Información, Ernesto
Villegas; asimismo la difusión de imágenes falsas sobre supuestas represiones a
manifestantes y otras acciones que buscan la caída de la revolución y el
retorno de la oligarquía al poder político.
Sin
embargo, esta guerra mediática encuentra a su paso la artillería de los medios
de comunicación nacionales, regionales y municipales que defienden la ética y
la justicia; medios que cuentan con la conciencia de comunicadores y
comunicadoras de la Patria, quienes ejercen su oficio con profesionalismo,
determinación, apego a la verdad, respeto y sentido de pertenencia. Artilleros
y artilleras que con diferentes géneros periodísticos, disciplina, respeto,
compromiso y constancia enaltecen los principios de la comunicación de los
nuevos tiempos; hombres y mujeres que combaten con espíritu revolucionario el
terrorismo mediático de la oligarquía imperialista; impulsando y fortaleciendo
así la información veraz, popular y comunitaria”.
Fin de la cita.
Hoy, gracias a la libertad de expresión que hay
en Venezuela, la oposición puede decir donde quiera, que “en este país no hay
libertad de expresión”.
Hace 75 años fue creado El Premio Nacional de
Periodismo Simón Bolívar y en lo sucesivo, también se han creado premios
regionales y municipales de periodismo con nombre de destacados comunicadores; premiaciones que muchas veces solicitan
grandes cantidades de requisitos para las postulaciones que terminan
“Premiando” a quienes tuvieron los mecanismos y facilidades para entregar los
recaudos y pocas veces a quienes realizan el trabajo “comunidad adentro”.
Por eso exhorto que se cree una comisión
permanente de monitoreo de los trabajos de los periodistas, de medios, de comunicadores y comunicadoras para así
garantizar mayor participación y reconocimiento. Muestra de ello es como lo
asumió este consejo municipal de Revenga, que bajo orientaciones, sugerencias,
opiniones de personas de reconocida idoneidad moral aportaron ideas para
galardonar a los presentes.
Con estos galardones se busca exaltar la labor de
las y los periodistas, locales y de todos aquellos y aquellas que realicen
actividades afines a la comunicación social, que promuevan la convivencia, la
tolerancia, las actividades comunitarias, culturales, resaltando los valores
del humanismo y la justicia a través del ejercicio de un periodismo para la
vida y la paz.
El próximo 30 de julio nuestro país vivirá de
nuevo un ejercicio democrático, participativo e histórico como lo es la
elección de una nueva Asamblea Nacional Constituyente, convocada por el
presidente obrero Nicolás Maduro Moros, en sus facultades constitucionales en
los artículos 348, 347, 70, y 236 numeral 1, enmarcada en nueve objetivos
programáticos cuyo propósito fundamental es la paz de la republica; pero hasta
ahora nadie habla del destino de los medios alternativos y comunitarios, nadie
habla del destino de los comunicadores de calle consagrados en esta batalla
comunicacional; es por ello que desde esta trinchera, desde esta cámara
municipal de este ilustre Consejo Municipal de Revenga, elevamos la propuesta a
aquellos constituyentistas que resulten electos a constitucionalizar todos los medios alternativos y comunitarios y
comunicadores populares para su protección, para su consolidación en el tiempo,
para constitucionalizar el espectro radioeléctrico que es dominio de todos los
venezolanos y venezolanas, para dignificar nuestro trabajo con seguridad
social, con formación permanente y compromiso con la patria….
A ustedes colegas de esta batalla
comunicacional, mi reconocimiento y gratitud infinita, sigamos reivindicando nuestras
raíces históricas, culturales y sociales. Sigamos al servicio del pueblo y de nuestra
amada Venezuela.
Finalizo con dos extraordinarias frases; una de Gabriel
García Márquez “La Mejor Noticia no es
siempre la que se da primero, sino muchas veces la que se da mejor”, y la otra frase de nuestro comandante eterno Hugo Chávez.
“En
el combate de ideas, el periodista debe empuñar armas poderosas como la ética y
la justicia”.
Muchas Gracias.